Esta reflexión nace de la discusión amable sobre la izquierda, el
progresismo y otras utopías, con algunos
reformistas. Ahora hace su aparición en este blog para oxigenar nuevamente el
debate y brindar posibles devenires de
este movimiento político.
Apostándole
a la sinceridad. Es incomprensible el catalogar y definir el “Progresismo” como simplemente ser ético y
transparente, cualidades tan elementales para un buen vivir y un buen gobierno
que no podrían ser consideradas virtudes sine qua non para los militantes de un movimiento político. O peor
aún, decir que “Progresista” es simplemente aquel que sigue y defiende al actual
Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro. Por tal motivo, la urgencia de espacios de debate, de
encuentro y desencuentro son fundamentales para la construcción colectiva de su
base política.
Dicho
esto. Según Jorge Rodríguez director del Centro de investigaciones para el
Desarrollo (CID) “hay una izquierda que busca la revolución y otra que busca la
reforma, esta última es la de Petro”. Donde el reformismo no significa la construcción de una izquierda cada vez más
Burocratizada como sucedió en el
Gobierno del Polo Democrático Alternativo en Bogotá en cabeza de Samuel Moreno.
Por el contrario, un reformismo que
modifique las conductas de los colectivos y los haga participes de la grandes
trasformaciones sociales y políticas desde unos Nodos claramente definidos.
“Tal
vez un nuevo espacio político esté designando más allá de la distinción
tradicional entre Estado y “sociedad civil”: un espacio intermedio, cuya
función no es institucionalizar los movimientos, ni transformarlos en partidos,
sino hacer que la sociedad oiga sus mensajes y traduzca sus reivindicaciones en
la toma de decisiones políticas, mientras los movimientos mantienen su
autonomía” (Acción Colectiva, Vida Cotidiana y Democracia, Alberto Mellucci.
Editorial del Colegio de México. México, 1999)
Precisamente
esta autonomía es la que se debe construir. Donde los movimientos sociales no
dejen de ser movimientos y cumplan una función de doble vía como demandantes
pero también de vigilantes. Por estos motivos es fundamental un fuerte trabajo
político, ideológico y programático entre sus militantes donde aprendan y
aprehendan de situaciones y grupos políticos pasados. Pero…
A todas estas ¿Qué es ser progresista? Bueno, según la Internacional
Socialista, el Progresismos es la categoría política que abarca partidos, posturas y planteamientos Socialdemócratas, Socialistas
y Laboristas –En el caso de
Europa-.Pero…. ¿Qué tienen de común todas ellas? Para el Francés Alain
Lipietz lo común es el reformismo
radical.
“La
revolución es violenta, rápida, no institucional y a veces sangrienta. La
reforma es progresiva, pacífica, negociada en un marco institucional con medios
de presión no violentos incluso si están fuera de la legalidad: campañas de
prensa, manifestaciones, huelgas, boicoteo, elecciones, negociaciones
contractuales “(Reformismo Radical. Alain Lipietz. Intervención en el taller
“Ahondar en los valores de la ecología política”, convención parisina de
“Europe Ecologie”, Arcueil, 8 demayo de 2010)
En
contraposición de la irresponsabilidad Bonapartista y Leninista del “se avanza, y luego ya se verá”, nosotros no
eludimos la responsabilidad de lo que pase tras la revolución bajo la excusa de
“nosotros no quisimos eso”. Predicamos la autonomía de cada uno y no la
dictadura de algunos supuestamente iluminados²
Así
pues, el camino hacia el reformismo radical
es largo pero deben caminarlo. Y para ello, serán sumamente importantes los Nodos progresistas y los grupos de trabajo abierto
y democrático que exorcicen los fantasmas del mesianismo, el caudillismo y la política
personalista que en ocasiones parece ser el nuevo mal de la política colombiana.
Y quizás así Progresistas pueda convertirse en un movimiento con
incidencia y vocación de Poder nos solo
a nivel Distrital sino Nacional, con redes ciudadanas que gocen de una
fuerte plataforma ideológica y programática que no permita que el movimiento se convierta
en un nicho etéreo y vacío ideológicamente que pueda terminar gobernado por
las lógicas clientelistas, oportunistas
y electorales.
Progresistas
deberá ser también quien alce las banderas de primero lo humano y su entorno
natural, donde el progreso no sea visto como crecimiento económico sino como
disminución de la pobreza y las desigualdades sociales; donde la solidaridad no
sea entendida como el ofrecimiento de lo que nos sobra sino el ofrecimiento a
luchar por lo que nos falta; un movimiento que instaure un Estado fuerte y
regulador del interés privado, donde la clase “dominante” contribuya
proporcionalmente a las cargas públicas por medio del cumplimiento de los
impuestos y la responsabilidad social; un movimiento que se atreva a hacer los
cambios estructurales, económicos,
sociales y culturales para
enfrentar el Estado mafioso, el cambio climático y el maltrato animal.
Largo
camino han de caminar los progresistas…